El técnico vasco llega con pedigrí, perfil bajo y un sueldo sensiblemente inferior al de su predecesor
Era el secreto peor guardado de Valdebebas, Xabi Alonso es el nuevo entrenador del Real Madrid. Lo que hasta hace unas semanas era una especulación bien alimentada, ahora es oficial. Y además, es más barato. Porque sí, la elegancia táctica del tolosarra viene con descuento, entre 7 y 9 millones netos por temporada. Una rebaja considerable frente a los 11 que percibía Carlo Ancelotti. En el Madrid, hasta el cambio generacional se gestiona con lógica contable.
Florentino Pérez ha pagado entre 5 y 10 millones de euros al Bayer Leverkusen para liberar a su nuevo técnico. Una cláusula no escrita pero pactada de caballeros permitía al vasco abandonar el club alemán si alguno de sus equipos del alma llamaba a su puerta. Y llamó, claro. El Real Madrid no ha querido perder el tren del entrenador más deseado del fútbol europeo. La operación se ha cerrado con diplomacia, respeto institucional y números razonables. Lo que no significa que haya sido barata. Pero sí asumible. Porque cuando se trata de Xabi Alonso, la inversión no solo es económica, es también simbólica.
Un contrato ajustado, un cuerpo técnico blindado y una idea muy clara
Xabi Alonso firma por tres temporadas, hasta junio de 2028, aunque la tercera será opcional. Su sueldo, como decíamos, se moverá entre los 7 y los 9 millones netos anuales. En el peor de los casos para la caja blanca el técnico costará unos 28 millones en total. En el mejor, 21. Muy por debajo de lo que cobraban otros ilustres del banquillo merengue. Aunque, eso sí, bastante más de los 3 millones que ganaba en Leverkusen. Ascender siempre sale caro.
El Real Madrid ha aceptado otra de las condiciones del vasco, traer consigo a todo su cuerpo técnico. No hay improvisación aquí. Le acompañan Sebas Parrilla como mano derecha, Alberto Encinas como auxiliar técnico, Ismael Camenforte-López como preparador físico y Luis Llopis, que continuará como entrenador de porteros.
De Leverkusen al Bernabéu: el plan meticuloso de Xabi Alonso para convertir milagros en método
Es un equipo hecho, probado y fiable. Los mismos que llevaron al Leverkusen a ser campeón invicto de Bundesliga. Los mismos que ahora desembarcan en el Bernabéu con una maleta repleta de convicciones y un estilo reconocible, presión alta, ritmo sostenido, y una mezcla de seriedad alemana y temple vasco. Un cóctel ideal para un club que ha dejado atrás las gestas milagrosas y busca, esta vez, un plan.
El estreno oficial será en el Mundial de Clubes, ese laboratorio global donde se pueden afilar las ideas sin la presión de la Champions. Xabi tiene margen, respaldo y, sobre todo, crédito emocional. Ahora solo falta lo más difícil, ganar. O mejor aún, convencer mientras gana.
